lunes, 29 de febrero de 2016

El papel de la musicoterapia en el tratamiento de la depresión


El tratamiento de los trastornos del adulto con musicoterapia es una de las áreas primarias del desarrollo de esta disciplina. Los objetivos generales del tratamiento con musicoterapia son la socialización, el desarrollo del sentido grupal y de pertenencia, el refuerzo de aspectos yoicos, la promoción de la expresión a través del movimiento, la gratificación a través de la creatividad, el dar lugar a la reminiscencia y permitir la elaboración de las situaciones de duelo.
En el caso concreto de la aplicación de la musicoterapia al tratamiento de la depresión, cabe citar como objetivos específicos la activación del paciente, la promoción de las relaciones interpersonales y la ruptura del aislamiento, la recuperación del contacto consigo mismo y con la realidad externa, la uptura de patrones cognitivos negativos y el refuerzo de la identidad y de la autoestima.
Es importante señalar la necesidad de un enfoque interdisciplinario a la hora de realizar una planificación terapéutica si se quieren conseguir resultados satisfactorios para el paciente, sobre todo en procesos severos o de larga evolución. En estos casos, sobre todo, se requerirá la colaboración de varias disciplinas (medicina, psicología, trabajo social, terapeuta familiar...) dado que la depresión afecta a varias áreas del paciente y su entorno. En la mayoría de los casos, la musicoterapia constituye un tratamiento que complementa el que realizan otras disciplinas y por ello es importante acordar con con todas las disciplinas implicadas los objetivos comunes a conseguir, de forma que todas las formas de tratamiento actúen sinérgicamente.
El tratamiento de la depresión en musicoterapia se puede realizar desde distintas perspectivas.
Desde el punto de vista reeducativo, se prueba a cambiar pensamientos negativos que influyen negativamente en el estado de ánimo.
Los objetivos que se persiguen son el expresar y regular las emociones, mejorar las habilidades interpersonales, mejorar la asertividad, ampliar el repertorio de mecanismos de adaptación y resolución de problemas y mejorar la autoimagen y autoconfianza.
En cuanto a la expresión de emociones, la musicoterapia puede ayudar al aprendizaje de la verbalización de problemas y sentimientos en lugar de racionalizar o huir de ellos, con lo cual se logra una canalización adecuada de los afectos negativos.
La musicoterapia puede también ayudar al desarrollo de la autoconciencia y el aceptar responsabilidades y tomar iniciativa.
En pacientes que quieren comprender cómo se relacionan sus síntomas depresivos con su desarrollo personal, podría tener la musicoterapia un objetivo de instropección: hacerse consciente de emociones subconscientes, sentimientos y tensiones que estos conllevan. Este conocimiento de uno mismo lleva a la comprensión de vivencias y comportamientos relacionados con los síntomas depresivos a nivel cognitivo y emocional. A través de la musicoterapia se puede trabajar hacia la estabilización o hacia la resolución de conflictos y sentimientos inconscientes.

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