Jugar al aire libre puede suponer un reto para los niños y niñas con autismo. Una intervención de musicoterapia en Carolina del Norte, publicada por Kern P. y Aldridge D. ayudó a cuatro niños con autismo a jugar y relacionarse con sus compañeros en el patio. Los instrumentos musicales en el patio, además de llamar la atención por su sonido, facilitaron la interacción con los compañeros. Se usaron también canciones compuestas especialmente para los niños, que también favorecieron esta interacción.