La musicoterapia
para el autismo tiene como objetivo el fomentar la autopercepción y
la percepción del yo-otros, llevando a una interacción
social más abierta. La terapia estimula y desarrolla el uso
comunicativo de la voz y el diálogo preverbal con el otro,
estableciendo significado y relación para facilitar el desarrollo
del lenguaje. El paciente se puede beneficiar además de una mejor
tolerancia al sonido y de la capacidad la comunicación
bidireccional, además de recibir atención y satisfacer otras
necesidades emocionales en el proceso terapéutico.
De las diversas
intervenciones posibles, parece ser que las que consisten en
improvisación musical en sesiones individuales son las más
convenientes. La improvisación vocal tiene un valor especial ya que
estimula el uso de la voz en la comunicación con el otro y no
requiere coordinación motora ni aprendizaje previo para poder
manejar un instrumento musical.
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