Los objetivos de esta
actividad de musicoterapia son múltiples: favorecer el vínculo
materno-filial, familiarizar a los pequeños con la música
integrando en sus actividades de juego la escucha musical, favorecer
el desarrollo de la habilidad de manipular objetos y la relajación
de todos los participantes (bebés y mamás o papás).
Se trabaja con el
concierto nº3 para violín y orquesta de Mozart, los dos primeros
movimientos, que tienen un carácter contrastante. La vivacidad del
primero se aprovechará para realizar actividades de musicoterapia
dirigidas a la estimulación, mientras que el carácter íntimo del
segundo se aprovechará para la relajación.
Durante el primer
movimiento, guiados por la musicoterapeuta las madres y padres
ayudarán a los bebés a explorar un sonajero, su capacidad de
producir sonido, cómo manipularlo, su forma, su textura, sus
colores. Es por ello importante que el sonajero esté homologado para
bebés de esas edades y que tenga un tamaño adecuado para que los
bebés puedan agarrarlo y manejarlo sin problemas.
En el segundo movimiento
se trabajará con movimientos armónicos y lentos, meciendo al bebé
y acariciándolo, disfrutando de la escucha musical y el contacto
entre mamá y bebé, creando una asociación de la escucha musical
con una sensación placentera.
En ningún momento de la
sesión de musicoterapia se fuerza a un bebé a involucrarse en la
actividad si no está a gusto. Puede suceder que el bebé esté
cansado, que tenga hambre, que le apetezca moverse fuera de los
brazos de mamá, que en ese momento no le apetezca escuchar música.
Si el bebé llora o protesta, se le consuela ofreciéndole lo que
necesite: tranquilidad, silencio, alimento, etc.
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